EL TERRORISMO DE CADA DÍA
LOS ATENTADOS YIHADISTAS HAN CONDICIONADO LAS ELECCIONES GENERALES QUE HOY SE CELEBRAN EN EL REINO UNIDO.
A THERESA MAY LE SERÁ DIFÍCIL MANTENER LA MAYORÍA ABSOLUTA Y, POR TANTO, GOBERNAR.
Escribo a sabiendas de que me repito. Nos hemos acostumbrado, lo hemos aceptado como normal, algo cotidiano que sobrepasa los límites del dolor para convertirse en un sedante que nos mantiene adormecidos, resignados, rendidos e incapaces de reaccionar. Ha superado nuestra capacidad de sorpresa. Entre otras razones porque esta clase de terrorismo suicida es imprevisible y ha traspasado los límites nacionales para convertirse en problema global y, sobre todo, nos han tomado la delantera psicológica, algo intangible que anula los recursos bélicos, el poderío armamentístico, o cualquier otro recurso destructivo de defensa. ¿Qué ofensiva militar, por muy poderosa que sea en táctica y recursos, puede competir con un enemigo invisible, suicida, que desprecia la vida y lleva la autodestrucción incorporada a su fanatismo? Nosotros luchamos por la vida, ellos desafían a la muerte. Ahí está la diferencia.
TRAGEDIA Y RUTINA
NUESTRA SOLIDARIDAD CON LAS VÍCTIMAS DEL ATENTADO EN MANCHESTER
EL TERRORISMO YIHADISTA SIGUE SEMBRANDO EL TERROR
Un día infame, una noche trágica, una hora de horror, un momento para la reflexión, un tiempo para las decisiones, la unidad y la respuesta contundente. Nos sentimos indefensos, confundidos, desorientados, faltos de iniciativa, resignados y aturdidos. A expensas de locos, extremistas, fanáticos, suicidas, kamikazes, aceptamos la humillación y hemos renunciado al combate. Llorar se ha convertido en costumbre.
El terrorismo islámico compuesto por seres anónimos fascinados por el odio y el espanto ha declarado la guerra y se ha convertido en la amenaza más seria para todo el mundo. O reaccionamos o morimos, o ellos o nosotros. No podemos quedarnos esperando a que vengan a matarnos, a nosotros y a nuestros hijos, sumidos en el lamento y la resignación. Nos hemos acostumbrado a aceptar con entereza los atentados terroristas como los americanos a los fenómenos naturales, el Tsunami o los huracanes, a base de repetición se han convertido en rutina.