Copyright 2024 - Custom text here

NUEVA ACTIIDAD TEATRAL EN EL ATENEO

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

NUEVA ACTIVIDAD TEATRAL EN EL ATENEO

El Ateneo de Madrid –en aquellos años- se ofrecía como una institución cultural de gran influencia mediática en el mundo de la política, las artes y las letras. Allí dieron sus primeros pasos casi todas las figuras sobresalientes del país: por él han pasado prácticamente todos los grandes de la cultura y de la política desde su fundación, en 1835. Un ambiente intelectual crítico que va ganando cada día; el Ateneo fue una antena extraordinariamente sensible a las ideas que llegaban de fuera. Su actual sede en la calle del Prado 21, fue inaugurada por Antonio Cánovas del Castillo el 30 de enero de 1884, con un famoso discurso al que asistieron los Reyes de España, Alfonso XII y María Cristina.

En la Institución va cobrando relieve una nueva generación consciente de su herencia institucional que empieza a protagonizar acciones de oposición renovadora e innovadora, mientras la Casa alberga una intensa y diversa oferta de actos culturales. En este lugar ofrecieron sus conferencias los personajes más ilustres de la literatura. Su extraordinario salón de actos -sala en forma de paraninfo- considerado joya artística-: patio de butacas, anfiteatro, y amplio escenario que presenta posibilidades operativas para convertirlo en teatro, ofreciéndose suficientemente práctico en sus distintas manifestaciones artísticas y culturales. Especial relieve ofrece su famosa galería de retratos, con su tétrico aspecto de panteón, que impone por su representativa personalidad y los nombres que la componen: Antonio Alcalá Galiano, Antonio Cánovas del Castillo, Miguel de Unamuno, Fernando de los Ríos, Manuel Azaña…, entre otros hombres ilustres que ocuparon la presidencia de la institución. Dado el incalculable legado cultural heredado por esta casa, permanentemente activo, cuando el Ateneo cede a alguna personalidad la tarima de su salón de actos, le está condecorando con su acumulado prestigio.

Me encontré en el Ateneo como en un segundo domicilio familiar, fue durante este tiempo centro de una gran parte de mi vida cotidiana, ensayando y preparando el programa para mi actividad futura como director del Teatro de Cámara de la Asociación de la Rábida, con estrecha colaboración del Ateneo que ponía a mi disposición todos los medios necesarios a su alcance, por tanto, debo a esta institución gran parte de mis conocimientos adquiridos en su espléndida y acogedora biblioteca: la luz sobre el pupitre, cómodos sillones, y expertos conocedores de la situación para facilitar lo solicitado. La biblioteca del Ateneo de Madrid es hoy su mayor tesoro, de indiscutible valor adquirido. Se compone de 19 secciones que desarrolla en todos los órdenes culturales y científicos.

En este lugar, sagrado para mí, he mantenido muchas horas de reflexión; no solamente sobre el mundo de ficción que yo pretendía mostrar al público en el escenario, sino sobre la vida misma, cómo estaba construyendo mi propio proyecto, diametralmente opuesto a lo que mi familia, o yo mismo, habíamos planeado; los derroteros por los que el destino me estaba conduciendo, sin que mi voluntad hubiera tenido la más mínima participación, me atraía sobremanera y no solo se alimentaba de éxitos sino que las puertas permanecían abiertas hacia un futuro prometedor. Pero había algo que me martilleaba y pedía paso insistentemente; carecía de formación académica en esta materia, lo había suplido, hasta ahora, con espíritu autodidacta, absorbiendo como una esponja cuanto se me ofrecía en proyectos profesionales: ensayos, montajes y estrenos, a los que conseguía permiso de asistencia entre bastidores o simplemente como espectador sentado en una butaca. Pero ahora, con esta nueva aventura, el tiempo no daba para más y mi espíritu mantenía una ansiedad, una zozobra, un misterio que no podía apartar de mis sensaciones. La vida enseña, pero los libros pueden resultar unos colaboradores extraordinarios para intentar conseguir que la realidad no se vea superada por la ficción, al menos en estos temas relacionados con la cultura.

Las bibliotecas son lugares sagrados donde la vida queda paralizada por la palabra que cobija con precisión y con ternura el sentido de las cosas. Todas esas palabras calladas que encierran los libros son luces de reflexión sobre el pensamiento humano. Cualquier libro tiene su pequeña historia. Podemos conocer el mundo a través del esfuerzo de hombres privilegiados que se adentran en la superficie de nuestra atención con las manos llenas de luces y resplandores. Son fuentes de sabiduría que inundan de percepción y sensibilidad a la persona que asume la responsabilidad de moldear, dar vida a un personaje creado en la ficción, para que cumpla su cometido vital en el conjunto de la recreación dramática y el espectador pueda compartir con emoción o sentirse inmerso en la comedia, el drama, o la tragedia.

Recorrí las viejas librerías de anticuario en busca de libros que pudieran ilustrarme en contenidos propios de los distintos procesos de la puesta en escena; la preparación del actor, formación del director, posibilidades técnicas: escenografía e iluminación; estudios sobre los métodos de Bertolt Brecht y Stanislavsky; información sobre los autores y obras más importantes del teatro mundial. En España se editaba poco o nada sobre estas materias –estamos hablando de los años cincuenta y primeros de los sesenta- y todo lo que se encontraba necesariamente pasaba por publicaciones procedentes de Buenos Aires y, algunas, de México. Al final conseguí una biblioteca, en este apartado de formación escénica, que podría catalogarse como de excepcional, incluso en importantes bibliotecas de la época. La mayoría de los libros adquiridos están llenos de historia, posibilidades de consulta, experiencias vividas, con la singular aventura de cubrir en lo posible mis limitaciones y abrir una ventana al mundo insondable de la cultura teatral. Ver ahora estas ediciones que tengo entre las manos, sus páginas amarillentas por el paso de los años, llenas de anotaciones, producen nostalgia, la mayoría han quedado obsoletas pero son reliquias insustituibles repletas de sabiduría. La nueva concepción del espacio escénico ha cambiado hasta el extremo de que el escenario se va adaptando a la evolución del personaje: espacios múltiples, proyecciones, incorporación de técnicas puramente cinematográficas, el concepto del diseño de iluminación que se ofrece, como personaje discreto, sugeridor o creador de ambientes y no necesita más elemento decorativo que su propia fuerza dramática. Toda generación recoge en parte y de forma desigual el eco de las generaciones anteriores, a través de la sensibilidad de las personas que están intentando absorberlas.

Cada uno de estos libros es una ventana abierta a la inteligencia, a la sensibilidad, al enigmático espejismo o la verdad infructuosa; el lenguaje de sus páginas conduce a la experiencia humana atesorada a través de los siglos, y nos hace sentir las palpitaciones de la historia, sus adversidades.

Conviene aclarar, que la preparación del futuro especialista de cualquiera de las ramas del teatro en aquellos años, no solo se nutría de estas publicaciones de formación profesional; importantes editoriales españolas tuvieron su aportación en otros campos de formación y literatura teatral: Historia del Teatro Español de Ángel Balbuena Prat. Editorial Noguer (1956). TEATRO: Enciclopedia de arte escénico, dirigida por Guillermo Díaz Plaja. Noguer (1958). Las mejores escenas del Teatro Español e Hispanoamericano; seleccionadas y comentadas por Antonio Espinosa. Aguilar (1959). Teatro Mundial: 1700 argumentos recopilados y comentados por Arturo del Hoyo. Aguilar (1961). Historia del Teatro Mundial, de Allardy de Nicooll. Aguilar (1964). …

Es importante mencionar aquí una aportación verdaderamente imprescindible en la cultura teatral de aquellos años. Juan Guerrero Zamora publica su Historia del Teatro Contemporáneo. Cuatro voluminosos tomos magníficamente ilustrados y magistralmente documentados, una obra ingente que, por primera vez en el mundo, ofrece una ordenación sistemática y justificada que revela, desde una perspectiva demasiado próxima, la hondura y calidad de sus razones de existencia. Un texto cuya aparición viene a cubrir un vacío que no solo es exponente erudito, sino viva enseñanza para el actor, para el director escénico, para cuantos aman el teatro o se dedican a él.

Como dato curioso podríamos añadir: esta obra creó tal expectación en el círculo de la familia teatral que, en su mayor parte, se vendió por encargo antes de publicarse. Una vez confirmada la suscripción, el tomo correspondiente llegaba al interesado nada más salir de la imprenta.

No soy coleccionista, considero a los libros centinelas de la cultura; amo y conservo aquellos que me enseñaron directamente el nombre de las cosas, de los acontecimientos, de las emociones. Por razones de interés profesional tengo especial interés por las obras de ficción que nos facilitan la visión, que nos adentran en el análisis de una realidad circundante, próxima y comprometida; a través de los libros he compartido horas de conversación con personas que allí conocí, hice amigos con los que he reflexionado sobre los impulsos intelectuales del momento. De algunos he hablado o hablaré en páginas sucesivas. Pero es hora de retomar el hilo que nos ha de reconducir al tema que nos ha traído hasta aquí.

Finalizaba el verano y en octubre pretendíamos iniciar la temporada con alguna propuesta que despertara algún interés; con el aliciente de que era la primera vez que actuábamos en nombre del Teatro de Cámara de la Asociación de la Rábida. Me puse, sobre la marcha, a trabajar en un proyecto de dramatizar obras cortas que habían tenido alguna repercusión en los teatros de cámara de los años cincuenta. Pertenecían a los primeros intentos de unos autores que se iniciaron con un teatro de vanguardia (Arte Nuevo), dentro de unas tendencias innovadoras. Estamos hablando de Alfonso Paso –en una de sus iniciales propuestas-, y J. Gordon: compartieron autoría con la obra titulada “Un tic-tac de reloj”: escrita en tono de comedia y, especialmente, para ser representada en teatro de cámara. Alfonso Sastre fue otro de los autores que, en sus primeros intentos, sugería técnicas experimentales; sueños y retrocesos en el espacio y en el tiempo para expresar que el ser humano se ve superado por su circunstancia. Para mí tuvo especial interés Cargamento de sueños, un drama de frustración que refleja su crisis de fe. Fue una primera etapa considerada como de aprendizaje, que más tarde evolucionaría a la toma de conciencia del teatro como denuncia social, y lucha política que le acarrearía muchos problemas.

Como característica de esta etapa destaca su constante simbolismo, pues de forma vanguardista se van incorporando nuevas técnicas dramáticas, como los elementos sonoros y luminosos, decorados esquemáticos o inexistentes que permitían cambiar de ambiente escenográfico en escasos minutos.

Esta presentación, ofrecía tres obras cortas: una comedia, un entremés y un drama que, en principio, solo pretendía cubrir el tiempo de espera hasta la iniciación de esos otros proyectos de mayor envergadura que seguían su curso natural, creó un ambiente muy favorable, despertando interés y expectación; la invitación para asistir a esta primera propuesta decía así:

EL PRESIDENTE DEL ATENEO DE MADRID. Tiene el honor de invitar a Vd. a la presentación que dará el TEATRO DE CÁMARA DE LA ASOCIACIÓN DE LA RÁBIDA el domingo, día 16 de octubre de 960, a las siete

Y la introducción que figuraba en el programa de mano era la siguiente:La ASOCIACIÓN DE LA RÁBIDA inicia sus actividades teatrales en la presente temporada dispuesta a servir de trampolín a los jóvenes con inquietudes artísticas.

Este grupo, aparte de que representa una posible oportunidad para un novel de cualquiera de las ramas del teatro, supone una experiencia mucho más extensa, pues puede iniciar a grandes sectores del público en el conocimiento de obras que permanecen vedadas para el campo profesional: la conquista y preparación de ese público es uno de los mayores alicientes para la realización de nuestra empresa, es decir, que la formación teatral, como en los orígenes del teatro, se ofrecerá a un mismo tiempo al público y al artista, logrando de esta manera una mayor compenetración de fondo y de forma.

Con este fin y siempre con el afán de superarnos, llevamos en nuestro repertorio obras, llamémosle, de vanguardia que, unidas a otras no menos interesantes de actualidad, puedan producir un luminoso contraste a los ojos del espectador, cualquiera que sea la preparación teatral de este, que le lleve a definir su postura y sus preferencias, con lo que se dará un gran paso en la educación del público para el teatro y, a su vez, colaborará a definir las futuras tendencias en las que de una manera definitiva ha de desenvolverse la afición del espectador y la maestría de los nuevos autores.

 

“UN TIC- TAC DE RELOJ”, comedia en un acto, original de J. Gordon y Alfonso Paso. Reparto (por orden de aparición). El autor: José Gómez de Segura; Hombre Joven: Carlos Polar; Samuel So: José Caride; Marta Ley: María Massip; Zacarías: Manuel Nanton; Miguel: oaquín Nesofky. La Acción: Cualquier día en cualquier teatro.

LOS MERITORIOS” Entremés en un acto de S. y J. Álvarez Quintero. Adaptación de Francisco Javier Banegas. Reparto (Por orden de aparición). Galán: Manuel Nantón; Actriz: .Mari Carmen Moreno; Traidor: Joaquín Nesofky; Traspunte: Agustín de Juan; Meritorio: Francisco Javier Banegas; Meritoria: María Massit, Madre: Consuelo Paris. La acción: Escenario de un teatro; época actual. Hombre y mujeres del pueblo.

“CARGAMENTO DE SUEÑOS”, Drama para vagabundos en un acto, original de Alfonso Sastre. Reparto (Por orden de aparición). Man: Francisco Javier Banegas; Jeschoua: Carlos Polar; Padre: Agustín de Juan; Madre: Marisca Berki; Frau: Mari Carmen Moreno. La acción: En una encrucijada del viejo continente europeo.

Regidores: Guillermo Pardo y Alejandro Portugal. Luminotecnia: DELTA Ambientación: Gómez Luque. Ayudante de dirección: Carlos Polar. Director: Francisco Javier Banegas.

Una semana más tarde de esta actuación en el Ateneo, invitados por el Colegio Mayor Universitario San Pablo, repetimos este mismo programa en una representación que tuvo lugar el domingo 23 de octubre de 1960, a las 7’30 de la tarde. Teatro de Cámara de la Asociación de la Rábida en el Ateneo de Madrid.

Teatro de Cámara de la Asociación de la Rábida en el Ateneo de Madrid

        Con Carlos Polack en “Cargamento de sueños” de Alfonso Sastre.

 

Con José Caride, Manuel Nantón, Emilio Vega y Carlos Polack, en “Cargamento de sueños” o “Drama para vagabundos” de José Gordón y Alfonso Paso.

En esos días el Colegio Mayor Universitario Nuestra Señora de Guadalupe nos había invitado a participar en el “solemne acto de apertura del curso 1960-61”. Pronunció la lección de apertura el Ilustrísimo Sr. Don Manuel Fraga Iribarne, Catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales de la Universidad de Madrid, sobre “Humanismo y ciencia en la sociedad tecnológica”. Fue el sábado 29 de octubre de 1960; seguidamente nuestro grupo participó con el siguiente programa:

7 tarde representación teatral. Presentación del Teatro de Cámara de la Asociación de la Rábida:

“MÓNICA”, comedia en dos actos y un epílogo de Alfonso Paso. Director: Francisco Javier Banegas. Reparto (por orden de aparición): Daniel: F.J. Banegas, Enrique: Fernando Santos, Ramón: Emilio Vega, Mónica: Pilar Escorial, Doctor: Manuel Nantón.

 

 

Comentarios   

0 #1 BestTayla 02-11-2018 17:52
I see you don't monetize your blog, don't waste your traffic, you can earn extra bucks every month.
You can use the best adsense alternative for any type of website (they approve all websites), for more info
simply search in gooogle: boorfe's tips monetize your website
Citar

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar

Buscar

f t g m