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Sánchez consigue el desplome del PSOE

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Aunque todo son previsiones, la realidad comienza a tomar cuerpo. Alguna vez tendrían que acertar las encuestas. 

Los resultados del sondeo del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) sobre las elecciones vascas y gallegas arrojan una triple conclusión: un batacazo monumental del PSOE abocado prácticamente a la tercera fuerza en Galicia y a reducir a la mitad sus 16 escaños en el Parlamento de Vitoria; según el reciente barómetro, publicado el pasado jueves, día 7,  Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, revalidaría su mayoría absoluta, mientras el PP mantiene el tipo en el País Vasco.

Los socialistas vascos, que en 2009 llegaron al poder con el apoyo del PP, pasarían a ocupar la cuarta posición, igualados en escaños con la candidatura liderada por Alfonso Alonso, y por detrás  de Bildu y Podemos. De cumplirse los pronósticos,  se podría producir la exigencia de que el PNV tuviera que pactar con el PP o PSOE el nuevo Gobierno vasco para impedir una coalición entre Bildu y Podemos, pues en esta ocasión no le serían suficientes los diputados de PSE, cuya representación quedaría reducida a la mitad, y necesitaría también el apoyo del PP. 

Aunque hay que esperar al día 25 -las encuestas no han tenido hasta ahora mucha credibilidad-, con el 44,9 por ciento del electorado, Núñez Feijóo obtendría 40-41 diputados, dos o tres más de los requeridos, le conduciría automáticamente  a su tercera mayoría absoluta. PS de G y En Marea, que integra Podemos, Anova, EU y Equo, se disputan la segunda plaza. EL PSOE obtendría su peor resultado desde 1981. Los nacionalistas del BNG pasarían de 7 diputados que obtuvieron en 2012 a 2, su peor resultado en 30 años. Ciudadanos podía entrar en el Parlamento gallego con un diputado. 

En el  País Vasco, el PNV repetiría como primera fuerza política entre 27 y 28 escaños, actualmente tiene 27 en la Cámara vasca, 11 parlamentarios más que Bildu, necesitaría el apoyo del PSE y PP que podría ser determinante. Los 15-16 escaños que  le atribuye el CIS a Podemos no solo hunden al PSE –que pasaría de 16 a 8-, sino que le arrebataría la segunda posición por un puñado de votos. Según la encuesta en Galicia y País Vasco, el partido naranja solo aspira a un escaño  en cada una de las comunidades, mientras que Podemos solo logra perjudicar al PSOE: ni el PP ni el PNV perderían diputados. 

Pese a este reparto de fuerzas, no se produciría una situación de bloqueo como la que afecta al Gobierno de la  nación. Según el sistema vasco para investir presidente, si en la primera votación ningún candidato obtuviera los votos necesarios, se celebraría una segunda ronda en la que cada uno de los parlamentarios debe decir el  nombre del candidato al que apoyan o abstenerse. No pueden votar “no”. Gana la investidura el candidato más nombrado. 

 

Desde esta perspectiva, estos dos procesos electorales adquieren una inusitada referencia porque sus resultados condicionaran la formación de Gobierno para España o asfaltarán definitivamente el camino hacia unas terceras elecciones; total, que son 130 millones de euros de gastos en la campaña, los españoles lo aguantamos todo:o quizás no. La tozuda postura de Pedro Sánchez y su nula voluntad de aportar estabilidad política a España está creando un problema de credibilidad a su partido, como se ha visto repetidamente y, ahora, en las elecciones autonómicas de País Vasco y Galicia. Qué extraño brebaje mantiene aturdido al timonel de un PSOE que marcha a la deriva precisamente en un momento en el que su aportación podría ser decisiva para la estabilidad y reformas que necesita el país y que, sin duda, le proporcionaría el reconocimiento que tanto necesita. 

Los varones del PSOE tienen motivos para estar más que preocupados. El CIS le augura un escenario dramático porque la posibilidad de ser superado por la marea populista de extrema izquierda en el Parlamento de Santiago está muy cercana. El riesgo de un desplome socialista es evidente porque sigue siendo incapaz de ofrecer una respuesta coherente al votante de izquierda. Sánchez y su candidato en Galicia, un desconocido designado a última hora en medio de una violenta batalla interna en el PS de G, no encarnan una alternativa creíble. 

A tenor del CIS, es evidente que los socialistas, en su cadena de despropósitos, pueden haber errado más en su estrategia de regalar ayuntamientos a Podemos, porque solo han conseguido debilitarse en toda España y fortalecer a quienes quieren fagocitarlos.  Hace tiempo que renunciaron al socialismo constructivo. A Sánchez le pierde su vehemencia, su desordenada ambición, su obsesión por ser investido presidente de gobierno y la tentación de intentarlo con Podemos y su revoltijo de despropósitos, aunque ello lleve implícito la destrucción España y, por supuesto, de su partido. Con un discurso incoherente sobre el modelo de Estado, con perfil institucional insolvente y con incapacidad de distinguirse de la extrema izquierda. Por eso paga en las urnas la factura de sus errores. En cambio la encuesta da oxígeno para el PP en Galicia y le abre la puerta a convertirse en un apoyo sustancial para que Íñigo Urkullu revalide su investidura en el País vasco. Es cierto que el PNV puede optar antes por recabar apoyos del PSE, y este brindárselos para maquillar su catástrofe.  Pero los resultados en el País Vasco y Galicia pueden ser la palanca que accione la constitución de un Gobierno en minoría del PP. Y si resulta como prevé el CIS, también deberán ser causa que esgriman  los críticos de Sánchez para provocar una explosión definitiva en el PSOE porque ya se carecerá de argumentos para justificar su fracaso. Posiblemente podría ser el momento de valorar lo prescindible empezando por “Mister no” y su maratón de frustraciones y derrotas electorales: una solución para que España salga del colapso político que la tiene paralizada y la irresponsabilidad que nos ha llevado hasta aquí. 

Suponiendo que no sea demasiado tarde, pues aunque al  final PSOE o el PNV, a cambio Dios sabe de qué, dieran su vota para la investidura, Rajoy duraría un suspiro a la cabeza de un gobierno sin apoyos para gobernar. En fin, un nuevo rompecabezas para los españoles que, al final, siempre pagamos el pato y afrontamos los problemas. Habría que plantear una reflexión:  aparte de chupar del bote, calentarnos la cabeza y tenernos en vilo ¿para qué nos sirven los políticos. Los actuales, claro?. 

elblogdepacobanegas 13 de septiembre 2016 

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