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ANTOÑITA LA SINGLA (2)

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ANTOÑITA, “LA SINGLA” (2)


Así transcurrieron algunos meses en los que el público nos concedió su favor y el éxito sonreía hacia un futuro esperanzador; fuimos entrando en un estado de normalidad para poder programar con sosiego con la ayuda de un representante artístico –buen amigo- Antonio Fernández, que siempre estaba al tanto de lo que más interesaba de acuerdo con la línea que nos habíamos marcado. Nos habló de una joven bailaora, La Singla -sordomuda de nacimiento- que estaba revolucionando el mundo del flamenco, que acaparaba grandes espacios en la prensa catalana y este era el momento de traerla a Madrid; había rodado una película de éxito con el director Rovira Veleta “Los Tarantos”, en la que hacía de hija de Carmen Amaya; contaba con la bendición del genial Salvador Dalí –y de su mujer Gala- con el que aparecía en la prensa fotografiada en escenas de incondicional admiración, y con el apoyo de Vicente Escudero –el mejor bailaor de todos los tiempos- que decía que era la imagen de la genial Carmen Amaya.


A los pocos días estaba en Madrid dispuesta a debutar en “Los Califas”. Apareció de la mano de su padre, un gitano de piel morena y pelo negro, bien alimentado, gordo y fuerte, dócil y sumiso; traje negro de buen paño, zapato negro, camisa blanca y corbata roja; aquel hombre sabía más que los ratones colorados. La Singla –Antoñita de nombre- ofrecía un aspecto aniñado y mucha personalidad. Miraba fijamente a los ojos y ofrecía una sonrisa cómplice, no era una mujer que despertara pasión pero sí una joven resultona; menuda, ojos negros, grandes y expresivos, morena de pelo negro, melena suelta y abundante; vestía modestamente, pero no descuidada, blusa hueso, falda negra de buen corte, zapatos con tacón medio de piel blanca, puntera y talón negro, y un abrigo de paño gris que, como toda la ropa que vestían los dos, ofrecía aspecto de uso frecuente.



La Singla con Salvador Dalí y Gala

 



La Singla con Vicente Escudero


Ese mismo día se iniciaron los ensayos, como no traía guitarrista le acoplamos uno de la casa, un excelente profesional -Pepín Salazar-, que ya le había acompañado en alguna ocasión anterior y destacaba en su currículo una larga temporada en la compañía de Pilar López. No era fácil acompañar a “La Singla”, al ser sorda y muda de nacimiento –aunque más tarde recuperaría oído y habla, en parte-, bailaba de instinto, no oía (o parecía que no quería oír) a la guitarra o al cantaor, ella iba a su aire, los demás tenían que seguirla y dar la sensación de unidad. El ensayo creó tal expectación que la sala estaba tan llena como cualquier otro día; profesionales de la casa, amigos, periodistas, se esperaba mucho de ella; superó todas las expectativas, sorprendió a todo el mundo, aquella criatura era un ciclón, un gigante, un monstruo de la naturaleza, un milagro divino, adjetivos que utilizo sin rubor pues son los que más tarde utilizarían entendidos y profesionales en sus críticas o en sus juicios.

 

 


 



La Singla



El debut de La Singla se anunció a “bombo y platillo”, tuvo lugar el 12 de enero de 1966; el lleno fue total, igual que su éxito repetido a lo largo de los días sucesivos, así como la respuesta de la prensa que no escatimó calificativos elogiosos; el contrato contemplaba 30 días de actuación, prorrogable a otros 30, no había querido arriesgar mucho, en principio, y aunque tanto su padre como ella se mostraban muy agradecidos por la forma en que se habían hecho las cosas y cómo nos habíamos comportado con ellos, empecé a preocuparme por la posibilidad de que apareciera algún empresario o representante que les ofreciera un contrato especial, exclusiva, mínimo de representaciones al año, o simplemente dinero que iría aumentando el precio o caché con el que yo no pudiera competir por las reducidas dimensiones de mi local; me dispuse a asegurar el tema, arriesgando pero confiando mucho en mi intuición; esa misma noche les anuncié que al día siguiente pasaría a recogerlos para comer, necesitaba hablar sobre un tema de interés para ambos. Al día siguiente, cuando pasé a por ellos a las dos de la tarde ya estaban esperándome en la puerta del hostal; nos fuimos a comer a un restaurante de la Plaza de Santa Ana; una vez terminado el protocolo con el camarero les digo sin más: les voy a proponer algo que tienen que meditar cuidadosamente porque puede ser muy importante en sus vidas, no me vale una respuesta inmediata, consúltenlo con la almohada, con la familia, con un amigo, con quien quieran y mañana a esta misma hora, en mi oficina de la calle de Arlabán esta propuesta quedará plasmada en un contrato que, una vez firmado, no tendrá marcha atrás. Me escuchaban como estatuas petrificadas, los ojos como platos, apenas si se les oía respirar, no se atrevían a decir nada, el silencio era tan elocuente que parecía una súplica: por favor, diga lo que sea de una vez. Pues bien, dije yo, les propongo un contrato de tres años en exclusiva artística para cualquier lugar del mundo; “Los Califas” serán el comodín para evitar tiempos muertos, al precio de 1.300 pesetas por día de actuación en “Los Califas” y, fuera –en cualquier otro lugar-, a un mínimo de seis mil pesetas diarias, con unos porcentajes de beneficio para mí que irían aumentando a medida que su caché suba de 6.000, 10.000, 25.000- o más- por día de actuación. Los viajes en primera clase, siempre que no se hagan en coche; yo decidiré su vestuario de actuación, promoción y grupo artístico que le acompañe. La Singla va a quedar tan ligada a mí que menos su marido, su novio o su amante, yo lo voy a ser todo. Me voy a convertir en su representante, su manager, su promotor, su empresario; tendrá que actuar en cualquier lugar que yo contrate, promoción o entrevista que yo disponga –en televisión, prensa, radio-; estamos hablando de un contrato en exclusiva artística, con cuatro días libres sin sueldo al mes, flexibles –por razones obvias de contratación- que cobrarán también si en vez de descanso tuviera que trabajar; yo corro con los riesgos, ustedes van a cobrar los mínimos sean cuales sean los resultados. No se atrevían a pronunciar palabra, estaban convencidos de que me había vuelto loco, no daban crédito a lo que les estaba proponiendo. Estamos hablando de los años sesenta; para poder comparar el valor adquisitivo de la peseta sería necesario multiplicar por cuarenta o más.
El contrato fue redactado por mí con el asesoramiento de mi abogado y gran amigo Manuel Gómez de la Borbolla. Al día siguiente, cuando yo aparecí por la oficina, ellos –padre e hija- estaban esperando.

 



La Singla con los modistos Ruppert y Puhma


Nos pusimos a trabajar sobre la marcha; Ruppert y Puhma fueron los modistas encargados de diseñar el nuevo vestuario de actuación de Antoñita “La Singla, con gran repercusión mediática pues estos modistos estaban en un buen momento de popularidad. El diseñador gráfico, Jesús Ribero, fue el encargado de confeccionar un programa de gran formato -veinte páginas a todo color-, una especie de book promocional en el que se insertaban comentarios firmados por periodistas de relieve nacional; fotografías de “La Singla” con Dalí, Carmen Amaya, Vicente Escudero, Pilar López, Antonio Gades… Un collage con los mejores reportajes y portadas publicados hasta el momento, y una magnífica colección de fotografías actuales con el nuevo vestuario, realizadas en un gran estudio fotográfico de la época: Venegas. El dibujante y director de cine Miguel Lluch diseñó un original y atractivo programa de mano que se entregaba al público asistente en las actuaciones de “La Singla”. Carteles a todo color, de diferentes tamaños. Con todo este material, prácticamente se inundó la geografía nacional, enviado a todos los agentes artísticos, gerentes de salas de fiesta, comisiones de festejos de Ayuntamientos, Festivales de España, que pronto surtió el efecto deseado y “La Singla” era solicitada por empresarios y ayuntamientos para sus espectáculos feriales en grandes recintos. Primero debutó en Madrid, en los dos locales de mayor relieve de aquella época: el 15 de junio de 1966 en Florida Park como máxima figura del baile flamenco, y en el Biombo Chino el 25 de octubre de 1966 como gran acontecimiento, la máxima figura del momento y Bruno Lomas como telonero. En estos dos locales, de Madrid, repetiría de una manera periódica en años sucesivos. Mientras tanto recorría España de norte a sur y de este a oeste. Los periodistas de más prestigio se empezaron a ocupar del tema con trabajos sorprendentes en los principales diarios y revistas, y era raro el día que por un motivo u otro “La Singla” no era noticia en cualquier revista o diario de la geografía nacional. La Agencia Internacional Camarasa, empresa especializada en el seguimiento de noticias, comentarios o reportajes, aparecidos en cualquier medio de comunicación, literalmente nos inundaba de material publicado con tanta profusión que la mayoría de las veces no daba tiempo a clasificar y se almacenaba en bolsas y cajas de cartón. Ahí están las hemerotecas, y mis archivos –docenas de carpetas y cientos de fotografías- que pongo a disposición de cualquier trabajo serio.
Para dar una idea del atractivo que ofrecía “La Singla” en los principales diarios y revistas de ámbito nacional, destacamos algunos trabajos seleccionados entre cientos de los publicados: el semanario SÁBADO GRÁFICO publica -en su número 508: 25 de junio de 1966- un reportaje de tres páginas firmado por Antonio de Olano en el que el periodista intenta una reflexión sobre el ritmo que exige el baile flamenco :” ¿Quién dijo que el compás hay que escucharlo y seguirlo?, el compás se lleva dentro, como Antoñita “La Singla”, que no pierde jamás el ritmo ni en sus pies ni en sus palmas”. En el mismo número se incluye un reportaje firmado por el doctor Aragón en el que intenta explicar, a través de la ciencia, el milagro de esta bailaora sorda y muda de nacimiento que aprendió a bailar guiándose solo de la vista, aunque podemos imaginarnos que no le faltaba totalmente la percepción, aunque imperfecta, de los sonidos. En este mismo número de la revista Sábado Gráfico se anuncia para la semana siguiente -núm. 509: 2 de julio de 1966- un reportaje de cuatro páginas de La Singla bailando con una orquesta de jazz –magníficamente ilustrado fotográficamente- como una experiencia imaginada que da lugar a la improvisación y la oportunidad de experimentar algo nuevo. Esto nos puede dar una idea del interés periodístico aue despertaba esta joven bailaora. 

El diario PUEBLO, en un reportaje publicado el 26 de julio de 1966 -que ocupa dos páginas completas del periódico- firmado por YALE (Felipe Navarro) - un periodista de raza, experimentado y audaz- que titula: LA SINGLA; un monstruo del baile flamenco. En él se hace un profundo estudio de la forma de bailar de “La Singla”, y de su mundo interior lleno de sombras e interrogantes:… “A la niña muda, a fuerza de querer captar las palabras y los sonidos, se le puso duro el gesto y recelosas las pupilas. A la niña muda se le puso la cara de palo, que es como dice Vicente Escudero con la que hay que bailar. Y sin embargo, fuera de la epilepsia del baile, ella es una muchacha tímida y dulce, como un cervatillo asustado. Es, sí, una sombra de azogue, que pone escalofríos en la espina dorsal, con latigazos emocionales. Es como la sombra sonámbula de la sordomuda que intentó gritar su angustia a un mundo extraño que no le comprendía”…


En el número 79 de la revista TELEGUÍA -30 de julio de 1966- se incluye un cuidadísimo reportaje –de dos páginas- que firma José Gil Franquesa (de Europa Press), con motivo de la actuación de “La Singla” y su ballet español, en el programa estrella de Televisión Española, “Noche del Sábado”. La atención mediática se centró en ella a pesar de que en el mismo programa actuaban otros artistas de indudable relieve: Jacqueline Francoise, Gila, Gracia Montes, José Guardiola…; se trataba de una ocasión especial pues se retransmitió en directo desde el maravilloso claustro del Hotel de San Marcos, en León -con motivo de la Semana Internacional de Estudios Superiores de Televisión-. El programa fue presentado por Alberto Cortés y realizado por uno de los veteranos de la “casa” (TVE. La única televisión de entonces), José María Quero.
No se trata de resaltar aquí la frecuencia, el tamaño o extensión de los reportajes -con o sin portada-, que también, sino del cuidado exquisito e interés por plantear los temas desde ángulos diferentes que requerían un estudio profundo e imaginativo, a los que se incorporó la revista Hola, Blanco y Negro, los diarios Arriba, El Alcázar, Ya, Madrid, Informaciones, Diario de Barcelona…todos, sin excepción.


El número 809 de la revista LA ACTUALIDAD ESPAÑOLA -6 de julio de 1967-, dedica a “La Singla” un reportaje –a todo color-; portada y ocho páginas, primorosamente ilustrado con un material gráfico de cuidadísima factura –de Antonio F. Navas- y una maquetación exquisita. El periodista Germán Álvarez Blanco profundiza en el baile por alegrías, seguiriyas, farrucas, bulerías, rumbas, personalizadas en “La Singla”, con descripción precisa y una riqueza de vocabulario que pone de manifiesto su categoría como profesional del periodismo; he aquí un ejemplo: “Vértigo, pasión, quietud, vorágine, calma y tempestad se pierden en las “alegrías”. Dentro del llamado baile por “alegrías” -alegrías, sevillanas, bulerías y tango-, las primeras ocupan un lugar de privilegio, en preferencia para baile individual. La jacaranda, lo jocundo y lo dramático se entremezclan en un todo. La Singla ni tiene ni creo que haya tenido rival femenino “por alegrías”. Me atrevo a asegurar que ni la gran Carmen –la Amaya de la leyenda- las igualaría si viviera. Y es que para taconear diez, quince, veinte minutos, con los mil matices que pone esta bailaora, ora suaves, frenéticos, vivos, alegres, en giros, paseándose, en planta estatuaria…es preciso un mundo interior con mil complejos; castigado. Cuando guitarras y cantaor enmudecen y empieza el solo de sus tacones, la garganta se reseca…


Los Califas se han convertido en local de moda y lugar de referencia

 

 

 

Conrado San Martin

 

 

 

 

Carmen Sevilla

 

 

 

Antonio Gades con La Tomata y La Singla

 

 

Con Antonio Gades amigos

 

 

 

 

Yul Brynner con La Singla y otros artistas

 

 

Lina Morgan

 

 

 

Antonio Gades con las chicas del cuadro flamenco

 

 

Pilar López con La Singla

 

Féliz Defauce con La Singla

 

 

 





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