En solidaridad con la nación Belga por los atentados de Bruselas

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Categoría: Opinión
Publicado: Miércoles, 23 Marzo 2016 13:33
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El terrorismo yihadista ha vuelto a sembrar el terror en el corazón  de Europa. Como el pasado mes de noviembre en París,  Bélgica ha sufrido el horror y la desolación en un atentado que ha conmocionado al mundo.Nuestra solidaridad con la nación Belga y, especialmente,  a los ciudadanos de Bruselas que han sufrido en sus familiares y amigos la acción criminal de estos asesinos.  España siente el dolor como propio, el Gobierno ha mostrado su pesar y solidaridad con las familias afectadas, y ha ofrecido cuanta colaboración sea necesaria.

Ningún país está libre de esta amenaza, que se extiende a todo occidente, como estamos viendo de forma continua,  y por tanto se impone el esfuerzo internacional. Decenas de muertos y centenares de heridos ha sido el resultado de esta acción criminal localizada en el aeropuerto y en una de las estaciones de metro más concurridas de Bélgica. Es evidente que los terroristas pretendían, sobre todo, repercusión mundial, y sin duda lo  han conseguido, localizando los atentados en el aeropuerto Zaventen y en la estación de metro Maelbeek, corazón  de las instituciones de la Unión (Comisión, Parlamento y Consejo). La evidencia pone de manifiesto la necesidad de una acción coordinada de los 28 miembros de la Unión Europea, necesariamente cohesionada y unida para hacer frente a lo que se puede considerar el reto más importante que Europa ha sufrido desde la segunda guerra mundial. Estamos en guerra, con un enemigo peligroso y muy poco convencional, compuesto por terroristas fanáticos y suicidas dispuestos a inmolarse en  favor de su causa, y contra eso solo vale la serenidad, la firmeza, el convencimiento y la prevención. La táctica policial antiterrorista a la que hay que dotar de medios, unidad de acción en toda Europa coordinada con todos los estados. Es una amenaza, un fenómeno  global que intenta sembrar el terror de forma generalizada, como estamos viendo: Nueva York, París, Londres, Estambul, Túnez, Bruselas... la clave está en la colaboración, en los servicios de inteligencia, en la eficacia de las fuerzas de seguridad. Un estado de guerra que exige medidas excepcionales y, especialmente, la unión de todos los demócratas. Sin excepción.