EL FUTURO DE LA TIERRA Y SUS CONSECUENCIAS CLIMÁTICAS
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- Categoría: Actualidad
- Publicado: Sábado, 29 Febrero 2020 17:33
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EL FUTURO DE LA TIERRA Y SUS CONSECUENCIAS CLIMÁTICAS
Estamos ahora viviendo en medio de una época revolucionaria de la historia de la Tierra. Su corteza tiembla y se estremece bajo la acción acumulada de fuerzas externas resultantes del enfriamiento o calentamiento de la masa del planeta. La violencia y, sobretodo, la frecuencia conque últimamente se vienen produciendo estos fenómenos metereológicos en cualquier lugar del mundo, hace pensar a los milenaristas místicos de cualquier religión, en ciertas formas de Apocalipsis y a la desaparición de la humanidad. Tambien es común en todas estas profecías la idea de que el fin del mundo irá precedido por un conflicto mortal entre las fuerzas del bien y de las fuerzas del mal. Como nuestra época es bastante atea, ya no se incrimina al diablo, sino al cambio climático, que es como el aliento ardiente de lucifer. La idea de que el fín del mundo está próximo siempre ha atraido a la humanidad, ante la histeria climática que nos rodea deberíamos hacernos algunas preguntas; si de verdad estamos en el inicio de una catástrofe climatológica que exija inmediatas medidas de ascética social; si recordamos lo bastante el fracaso de la planificación centralizada en el siglo XX; si no estaremos olvidando las posibilidades de la ciencia y la tecnología para protejernos de las catástrofes del deterioro del clima.
Si nos remontamos a través de los siglos, sobresalen dos gigantescas explosiones de actividad volcánica y exogénica. Una hace alrededor de cuarenta millones de años formó el Himalaya, las montañas Rocosas y los Andes. La segunda, hace veinte millones de años, formó los Alpes y las montañas Cascade. Pero lo cierto es que estos ciclos siempre habían sido mucho más lentos, necesitando millones de años.
Desde épocas más recientes, los polos se derriten. El aumento de las temperaturas se ha cebado especialmente con los casquetes solares. Durante los últimos 40 años, el polo norte ha perdido el 75% de su masa de hielo en verano, y si las predicciones se siguen cumpliendo, alrededor de 2040 el casquete polar norte será historia. Desde que existen registros (1880), el nivel del mar ha subido unos 30 centímetros. De media. En el sur del Pacifico, el océano ha empezado a ser una amenaza, las mareas más altas se adentran en tierra docenas de metros y las agua salada ha empezado a brotar, literalmente, en el centro de algunas islas. Los océanos son esenciales para la vida en la tierra, pero la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación han modificado los ecosistemas marinos a un nivel que hasta hace poco era completamente desconocido. Es el progreso, la modernidad y, sobre todo, el capitalismo lo que destruye la Santa Naturaleza. Estas prácticas antiguas, muy anteriores al cambio climático, eran conocidas y practicadas en todo el perímetro del Mediterráneo ante de que este, a su vez, se volviera edificable. Es obligado recordar debido al exceso de comentarios que se suceden ahora ante cualquier desastre natural: inundaciones o incendios espectaculares, que los negacionistas juegan el futuro de la humanidad “a la ruleta rusa“, por su empeño en ignorar la probabilidad de una inminente catástrofe climática. Y es preocupante porque impide pensar en lo correcto e intervenir concretamente donde sería indispensable intervenir. La santificación de la naturaleza y la demonización del progreso, una religión para los ricos, perjudica a los más pobres.
Desgraciadamente, es imposible predecir cuando tendrá lugar la próxima e incluso predecir un “Período de seguridad“ durante el cual pueda asegurarse que no ocurrirá esta catastrofe. Tampoco podemos decir mucho acerca de los síntomas que anunciarán su proximidad, no sabemos el grado de violencia que estos movimientos deberán alcanzar para no ser considerados como adaptaciones normales de la corteza errestre, ni la distancia que mediará entre ellos y el gran estallido. Por otra parte podemos estar razonablemente seguros de que cuando esto comience, la Tierra no será un lugar muy agradable para vivir en ella. En las localidades inmediatamente afectadas por la actividad orogénica, el suelo será sacudido por una salvaje danza macabra. Tremendas cantidades de lava al rojo vivo, eruptada por las grietas abiertas en la corteza terrestre, se extenderán por cientos de miles de kilómetros cuadrados. Incluso en lugares muy alejados del lugar de los terremotos, violentos temblores de tierra y, probablemente gigantescas olas de los agitados océanos, harán la vida extraordinariamente peligrosa. La probabilidad de que se produzca en el próximo decenio o en el próximo siglo es mucho menor que la probabilidad de que presenciemos otros desagradables acontecimientos que puedan caer sobre la Humanidad. El cambio climático es un reto global que no tiene fronteras y que para combatirlo requiere del trabajo coordinado por parte de todos los países.
En realidad, existe un gran desconocimiento de lo que es el cambio climático, bien por exceso de información, inexactitud en las fuentes o por desinformación interesada, lo que da origen a una serie de falsos mitos. Lo abordamos, por tanto, desde un punto de vista objetivo y científico: qué es el cambio climático, cuales son sus causas, sus consecuencias, cómo nos afecta y cómo se puede combatir. También es necesario aclarar dos conceptos que, si bien están estrechamente relacionados, con frecuencia se toman de manera errónea como sinónimos: el cambio climático y el calentamiento global. Existe una importante diferencia, y es que el calentamiento global es la causa del cambio climático, es decir, el aumento de la temperatura del planeta provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad del ser humano, están provocando variaciones en el clima que de manera natural no se producirían. Las emisiones de gases de efecto invernadero, dióxido de carbono y metano, que se supone contribuyen al calentamiento, están aumentando en todo el mundo, especialmente en los paises de rápido crecimiento, por lo que precisa adaptarnos de manera inteligente a los cambios de nuestro entorno natural; y difundir una actitud de mayor respeto a la naturaleza.
Y volviendo a la tierra en si, podemos esperar que su corteza sólida se vaya haciendo cada vez más espesa, y que llegará un momento en que será lo suficientemente fuerte como para resistir cualquier fuerza interna sin deformarse. Cuando llegue a esta fase de su desarrollo, la revolucionaria actividad periódica de las capas superficiales de la Tierra habrá terminado por fín. Las superficies continentales se harán lisas y monótonas. Grandes regiones serán inundadas por las aguas de los océanos, formando extensas mareas de poca profundidad. El clima se hará suave y uniforme y se podrá viajar desde los trópicos hasta las proximidades del círculo polar sin cambiar de ropa. Estos continentes llenos estarán todavía dominados por mamíferos, pero de un tamaño considerablemente superior al actual; todas las especies animales que han dominado el mundo durante una u otra era de la historia de la Tierra, crecieron en tamaño hasta el punto que se extinguieron y no parece haber alguna razón para creer que el tamaño actual de los mamíferos represente el límite superior posible.
Pero no se debe ir demasiado lejos en el camino de la fantasía, aun cuando sea basado en hechos científicos.
elblogdepacobanegas 29/2/2020